19/8/10

LA SEDUCCIÓN…



Lo primero que pensé al escribir esta nota fué como seducir a mis lectores para que pudierán intepretar lo que les quiero transmitir.
La Seducción esta tarea, que mentalmente es parte de un ejercicio cotidiano, lo que para muchos es un arte, para otros, parte del erotismo.
El diccionario dice que seducir es hacer caer en error o pecado, sobornar, cautivar, encantar …engañar con arte y maña, persuadir a hacer algo.
Cuando leí esto, reconocí que no estaba en mis percepciones pensé; que seducir es un acto desde una buena intención, la seducción puede ser el vehículo para llamar la atención de alguién de nuestro interés y esto puede ser el camino de encuentro hacia el otro.
Una de las concluciones que comparto con otros colegas es que la seducción está presente en todas nuestras etapas de la vida, que convivimos con ella permanentemente y de diferentes formas la aplicamos a nuestro quehacer cotidiano.
Hay quienes seducen naturalmente y hay quienes aprenden y la construyen.
Es un arte que se puede aprender, es el camino de encuentro con el otro que parte de un deseo tal vez, selectivo intencional y voluntario.
Toda seducción es un intento de comunicación y en ella intervienen los gestos, el intelecto; solo una parte de nosotros seduce, ese rasgo que funciona como señuelo y conduce a la captura.
Es algo intangible que circula indescifrable; no se ve ni se escucha, seduce…
Allí se juega el placer, la autoestima y la expectativa de la respuesta del otro; es un desafío, un juego de poder, quién puede con quién.
Cuando hay dificultad por haber perdido el deseo o el interés en la pareja, tanto hombres como mujeres desconocen las diferencias más simples de la sexualidad de ambos y eso complica la comprensión y la comunicación.
Mujeres como varones seducimos, los sentidos que se agudizan en el hombre son distintos a los de la mujer. Por lo general los varones aprecian la femineidad, la alegría, la actitud, las manos, la quìmica, el olor y la suavidad de la piel.
Las mujeres valoran lo comunicativo, la ternura, el compromiso con lo que hacen, la inteligencia, la boca, la voz, la gentileza y su caballerosidad.
Los estímulos que movilizan a unos y otros son diferentes en cuanto a lo visual, lo auditivo, lo táctil. La mujer necesita causas, razones, busca a alguién que pueda admirar, busca relaciones a largo plazo con quién establecera algùn tipo de compromiso. En una cita la mujer piensa en los próximos 20 años, el varón necesita un lugar, piensa en la próxima hora, busca una compañera sexual, tiene necesidad de prestigiarse y lucirse ante otros varones por su conquista.
La mayoría no encuentra la clave para armar una pareja, bastarìa con conseguir una equivalencia de valores, posibilidad de intercambio.
Es necesario crear y recrear en lo cotidiano, actualizar canmbios y comunicarlos al otro.
Trabajar con la autoestima y los valores de uno mismo, rescatarlos ya que son ingredientes necesarios en un acto de seducción sin ellos sería defícil ”Sedúcete a ti mismo” sería la consigna.
Quererse y ver las cualidades propias, todos tenemos armas para seducir, no hay que ser bella o bello, joven o con buenas formas, simplemente hay que descubrir que es lo que seduce de uno mismo para compenetrarse con su pareja.
Muchas parejas estables, que sienten la incondicionalaidad del otro, es decir que va a permanecer a su lado pase lo que pase, pierden la posibilidad de seguir seduciendo, el interés decae ya que la seguridad de su permanencia descuida el romanticismo, el erotismo y el detalle de las conductas.
El consejo que doy a las parejas es observarse a sí mismas e imaginar que están con la persona que quieren estar y preguntarse si es eso lo que harìan.
Esto es muy útil para mejorar la mutua atención.
Conseguir que la pasión dure en la relación amorosa tiene sus secretos, están en la actitud, la personalidad y la conducta que se va a tomar.
Una mirada, un gesto pueden dejar al otro prendido de uno.
Hay que seducir para poder conquistar…

Nora M. Vazquez
Psicóloga Social / Sexóloga